—Hmm, ¿estás diciendo que todos los hombres tienen este comportamiento?

La ira de Fasha parecía no tener límites. 

—¡Esto es lo que obtengo por aceptar a una persona tan humilde en la familia! Hablándome así. ¡Bien! ¡Sí, para los hombres es un instinto y está en su naturaleza hacer tales cosas! Tú eres la culpable de no saber cosas tan básicas.

—Instinto y naturaleza. Ya veo.

Fasha notó de inmediato que Lila realmente reconoció su explicación. A diferencia del principio, cuando ella solía contraatacarla. Le tomó tiempo, pero parece que finalmente estaba empezando a convencerla, Fasha no quería arruinar la oportunidad así que procedió sin pensar más.

—Finalmente, el humilde sin educación parece entender después de explicarlo tantas veces. 

Poco sabía Fasha que los ataques de Lila acababan de comenzar.

—Entonces lo que estás diciendo es que tu hijo era una bestia que fue fiel a sus instintos sin conocer ninguna vergüenza, ¿verdad?

—¡Qué-qué! ¿¡Cómo te atreves!? ¿Estás comparando a mi hijo con un animal ahora?

Fasha no podía creer su propia ira, no podía creer que una persona tan humilde la llevaría a un estado como este, puso su palma sobre su propio cuello por lo mucho que estaba gritando. Pero Lila hizo un último comentario antes de que pudiera calmarse.

—Entonces, si todos los hombres son así… Entonces eso significa que tu propio esposo también es un… Oh, Dios mío. Qué cosa tan sucia. 

Los labios de Lila se convirtieron en una leve sonrisa, llevando la expresión enrojecida de Fasha más allá de sus límites.

—¡¿Te ​​atreves a maldecir al Conde ahora mismo?!

—Maldecir al Conde… No, no lo haría. Solo estaba repitiendo lo que acaba de decir. Solo agregué un poco de interpretación. 

Fasha perdió el control de su temperamento y dejó de preocuparse por su cuello, o cualquier cosa en el mundo.

—¡No eres más que una mujer plebeya! ¡Quién eres tú para insultar al Conde así! —¿Dijiste que para los hombres es su naturaleza? Acabas de decir eso. 

La actitud tranquila de Lila pareció empeorar las cosas.

—¡¿No te vas a callar?!

Fasha suspiró en voz alta, realmente no podía continuar así, por lo que finalmente tuvo que cambiar de tema.

—¿Y qué diablos quieres decir con que te reuniste con otro hombre?

Lila se quedó callada y decidió que el silencio era la mejor respuesta. Pero Fasha continuó de todos modos.

—Estás tratando deliberadamente de elevar mi presión arterial a niveles insalubres. Así que inventaste una mentira de que habías encontrado otro. Tú también estás tratando de derribarme.

Más bien, Lila sabía que si le decía que planeaba volver a casarse pronto, Fasha se desmayaría en el acto. Pero Lila la dejó vivir con sus propias conclusiones. Así que intentó cambiar de tema una vez más.

—¿Cuál fue el motivo de su visita?

—Porque por alguna razón ya no estás siendo tan estúpido.

Lila suspiró para sus adentros, solo quería terminar de hornear los macarons para Hir, pero Fasha le estaba haciendo la vida más difícil. Solo pensar en Hir comiendo macarons con una sonrisa en su rostro le trajo alegría a su corazón. «Se vería tan lindo comiéndolos.» Incluso después de convertirse en un tirano con un rostro terrible, en la novela se especificaba que aceptaba con gracia todos los alimentos dulces. Entonces, «¡Qué lindo se vería comiéndose mis dulces macarons con su adorable rostro actual!» Pensó Lila en sueños. Pero Fasha rápidamente la devolvió a la realidad con su irritante voz.

—La razón por la que vine aquí está relacionada con la herencia de mi hijo.

—Ah, herencia. Ese es finalmente un buen tema.

Fasha decidió ignorar este comentario. 

—Mi hijo murió, así que no pensaste que podrías seguir viviendo en una lujosa mansión como esta, ¿verdad?

—Absolutamente no. No planeaba vivir más en esta casa. —dijo Lila con una leve sonrisa formándose en su rostro. Ella planeaba vivir en la mansión de Lacias con Hir. En una mansión que no era diferente al Palacio. Mejor incluso, si tuviera que elegir. Sin embargo, Hir era la prioridad, no su propia comodidad.

Fasha finalmente dio una sonrisa de satisfacción, era su expresión más brillante hasta el momento. 

—¡Guau! Ahora finalmente estás hablando con cierto sentido. Saca tus pertenencias de mi mansión rápidamente. No me importa cómo lo hagas, hazlo ahora. Te dejo un poco de dinero en consideración a los viejos lazos, así que siéntete satisfecha con eso.

Fasha se levantó esperando que Lila hiciera lo mismo y se apresuró a recorrer la casa recogiendo sus pertenencias. Sin embargo, hizo todo lo contrario. Se quedó sentada y cruzó las piernas para sentarse en una mejor posición.

—Dije que no viviría en esta mansión, pero no dije que la mansión no era mía.

—¿Perdón?

La leve sonrisa de Lila se desvaneció en una expresión fría y sin vida. 

—Esta mansión es mía, señora.