SLMDV – Capítulo 23

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 Capítulo 23

Monstruo (II)

—No es necesario que permanezca en silencio.
—¿Perdón, señor?
—Todo lo contrario, en realidad, sería mejor si siguiera adelante y difundiera rumores de que nos vamos a casar. —dijo Lacias.
—No quiero insultar su juicio, pero ¿está seguro?, ¿Su Gracia?
—¿Crees que estoy bromeando?
—¡No, claro que no! Lo siento, Su Gracia. —dijo el gerente asintiendo frenéticamente ante la actitud fría de Lacias.

No sabía la razón por la que el Duque le había pedido que difundiera rumores sobre su matrimonio, pero instintivamente sintió que seguir sus órdenes sería lo correcto. Sobrevivió basándose en sus instintos y aún no le han fallado, así que siguió confiando en ellos.

Lila miró de nuevo a Lacias cuando el gerente estaba fuera de la vista. 

—¿Realmente necesitamos los rumores?
—Por supuesto ¿Por qué la gente no debería felicitarme por mi matrimonio? 


Lila estaba confundida sobre por qué necesitaba felicitaciones por un matrimonio por contrato, pero asumió que a él le gustaba la atención. Después de caminar un poco desde la salida, llegaron a su meta, la habitación 3.

—Aquí lo tienes. —dijo poniendo su mano en el pomo de la puerta.

El número '3' estaba claramente tallado en una placa de metal con grabados en oro. Antes de que Lila pudiera abrir la puerta, sintió que una mano cálida envolvía la suya. Ella miró a los ojos oscuros de Lacias mientras él levantaba tranquilamente su palma.

—Iré solo desde aquí.

Lila no estaba dispuesta a retroceder solo por el poder del momento. 

—¿Qué? Pero acordamos ir juntos, formamos un contrato.
—Yo soy el que dice que todo está bien, entonces, ¿cuál es el problema?
—Pero-.
—No quiero mostrarte lo que estoy a punto de hacer, así que espera un poco, Lila.
—Yo... Lo entiendo.

Lila no podía hacer nada ya que no tenía derecho a negarse a que Lacias cambiara el contrato ni tenía una razón sólida para detenerlo. Quitó la mano del pomo de la puerta y dio un paso atrás. Lacias sonrió ante su decisión y entró, cerrando la puerta detrás de él.



Era una habitación pequeña y organizada con algunos sofás de aspecto cómodo colocados a su alrededor. El espía estaba solo ysentado en una silla a la derecha leyendo un libro cuando notó que la puerta se abría. Su rostro se puso pálido como si acabara de ver un fantasma.

—Ah, hola. —Lacias pronunció con voz penetrante.

El espía comenzó a temblar solo por la frialdad de la voz. 

—Yo- yo- su Gracia-.
—Un placer conocerte. —dijo mientras hacía crujir los nudillos.

Los ojos del espía estaban empapados de miedo, sabía que su vida dependía de salir de esta situación, pero sus reacciones aún eran lentas porque el miedo de no saber qué haría Lacias a continuación lo estaba afectando. Cuando finalmente reunió el valor suficiente para levantarse, Lacias corrió hacia él y lo agarró por el pálido cuello.

—Dime, ¿fue agradable vender información sobre mí? —Su voz era coherente con la del diablo.

—Por favor... Déjeme... déjeme vivir-
—Realmente no estás pensando en rogarme que no te mate.

El agarre en el cuello del espía era tan fuerte que apenas podía formar palabras. 

—Uh... Ah... Por favor-
—¿Por qué estás pidiendo piedad cuando hiciste que esto sucediera?
El espía respiró hondo y finalmente formó una oración—: Yo... Cometí un error... Por favor... ¡Perdóneme solo una vez!

Lacias sostuvo al escuálido espía en el aire como si no fuera nada. 

—Deberías haber estado preparado para las consecuencias cuando vendiste la información sobre mí.

El espía fue arrojado sobre su pecho y respiraba intensamente cuando finalmente lo agarró por el cuello nuevamente.

Lacias continuó como si nada significativo estuviera sucediendo en ese momento. 

—Me había enojado mucho que te tropezaras.

El espía recordó su situación y se aferró a los pantalones de Lacias.

—Por favor, no quie-.

Con una rápida patada en la cara, el espía se soltó y se sentó en el suelo sin apenas moverse. 

—Ahora, dime ¿quién es tu líder? —dijo Lacias cepillándose los pantalones
—…

El espía se negó a hablar, a diferencia de cuando había estado suplicando antes. Claramente, le tenía más miedo a la persona a su cargo que a Lacias. Pero Lacias estaba planeando cambiar eso.

Se puso en cuclillas hacia él hasta que pudo escuchar sus débiles respiraciones. 

—Parece que quieres morir. 
Siseó.

El espía levantó la vista del suelo y vio unos ojos con una clara intención asesina que le devolvían la mirada. El brazo de Lacias comenzó a iluminarse y aparecieron pequeñas esferas azules brillantes a su alrededor. El espía sufrió un espasmo por la vista.

—¡Ah! ¡Habilidad sobrehumana! ¡Monstruo!
—¿Son esas tus últimas palabras? Mala elección.

El espía no pudo dejar escapar más que un gemido cuando las esferas volaron directamente a su cuello. Después de todo, eran tan poderosas como las balas. De repente, la habitación se sintió muy silenciosa ya que solo se podía escuchar el zumbido de las luces. Las esferas regresaron al brazo de Lacias y desaparecieron sin dejar rastro. Ahora solo quedaba un cadáver.

NT: No, pues el Lacias nos salió con Rasengan :o

—Idiota.

Lacias salió de la habitación y cerró la puerta con cara inocente como si nada hubiera pasado. Lila lo estaba esperando con los brazos cruzados mientras se apoyaba contra la pared al otro lado de la puerta. Él sonrió profundamente al verla.

—Lila, se acabó. Ven aquí.

Tenía una expresión confusa. 

—¿Tan pronto? 

«¿Ya confesó?»

Había pensado que tomaría bastante tiempo ya que el espía había coincidido con Lacias en la historia original.

—¿El espía realmente confesó tan fácilmente?
—Sí, lo hizo. Parecía haber renunciado a todo después de darse cuenta de la situación.
—Bueno, es mejor que las cosas hayan terminado de esa manera.

Lacias sonrió hermosamente como un dócil cachorro, sin rastro del hombre despiadado que había sido unos segundos antes. 

—Sí, realmente agradable.


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